martes, 28 de agosto de 2007

Huckleberry Finn

Esta Imagen es la portada del libro de Las aventuras de Huckleberry Finn que leí hace años. Cuando estaba buscando las imágenes para esta entrada del blog pensaba en una de la serie de televisión de dibujos animados porque quizá es la que más interiorizada tenemos de este holgazán supremo. Sin embargo me emocionó mucho encontrar esta porque hoy quiero hablar del personaje del libro, no del personaje de la serie de televisión, y no porque sean muy diferentes (En la serie estaba bastante bien caracterizado) sino porque los hechos ocurren mucho después de las aventuras televisadas. Pocos libros me han hecho reir tanto como este, y lo recomiendo a ojo cerrado.

De todas maneras voy a recrear aquí la imagen que aprendimos a querer: la del pillo descalzo de sombrero roto gris con voz un poco áspera, overol sucio y mechones sobre la cara, porque es a éste Huck al que aprendimos a envidiar por su vida despreocupada, su holgazanería, su disposición a la aventura, su desescolarización, su independencia y, en resumen, todos los secretos que permite conocer el vivir en una casa en el árbol (Click Aqui para ver un video).

Este Huck se ve de repente entre dos opciones que no disfruta: O se convierte en un señorito educado que va a la iglesia al lado de la viuda Douglas o vive con su padre alcohólico que lo maltrata y quiere beberse su fortuna. Por eso decide escaparse y se encuentra con Jim, el esclavo negro que ha huido y que quiere trabajar para pagar su libertad. Huck hace aquí unas reflexiones muy sensatas, porque sabe que está pecando por ayudar al negro fugitivo, y que irá al infierno por eso, pero su corazón le dice que lo proteja y huyen juntos.

Aquí es donde realmente comienza lo bueno, cuando se vuelven unos forasteros que se las deben arreglar con el mundo desconocido que se les viene encima. La travesía de los dos los lleva Misissipi abajo en una aventura que los llevará a convivir con un par de estafadores (el duque y el Rey, que terminan siendo capturados gracias a Huck), con una familia que tiene guerra cazada con unos vecinos (y a la que al final asesinan) y con unos repentinos familiares de un conocido que le quitan el peso de encima de tener que seguirse escondiendo.

En este punto aparecen las páginas más divertidas, hilarantes y jocosas del libro. La manera en que planean la liberación de Jim es para desternillarse de la risa. El final llega con una pequeña sorpresa, pero uno lamenta que el libro tenga 200 páginas, en lugar de 2000 o 5000. Se leerían con igual gusto. Lo mejor del libro, quizá, la escena de la balsa en la niebla, Jim nos enseña una muy buena manera de descifrar los sueños

Huck es un forastero que se hace querer muy fácilmente. Un forastero que no encaja en el mundo que de repente le toca en suerte (es un amante absoluto de la libertad) y prefiere huir a la deriva, a lo que el azar quiera, vagabundeando sin mayor preocupación, aunque su situación sea tremendamente preocupante (viaja con un negro fugitivo por los estados pro-esclavitud) y la mayoría de las veces tampoco encaje en lo que va descubriendo. Mucho tiene para enseñar, compartir y hacer reir. Huck tiene un gran corazón, este forasterito los acompañará muy gratamente cuando se decidan leerlo

sábado, 25 de agosto de 2007

Com a Vida que pediste a Deus

"Se eu tivesse que inventar uma cantora, ela haveria (naturalmente) de ter uma voz muito bonita. Depois, eu a treinaria bastante para cantar bem, aprendendo os segredos da colocação da voz, das divisões, da respiração, da empostação, da naturalidade, essas coisas que se aprende na escola. Mais tarde, diria a ela que isso tudo não basta. Uma cantora não é um instrumento musical. É uma pessoa, um ser humano e é fundamental que isso fique claro quando canta. As emoções, a tristeza, a alegria, a depressão, a angústia, tudo isso que uma música popular propôe tem que ser transmitido na hora de cantar (...) Ela já existe"

Sérgio Cabral, Hablando de Beth Carvalho
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Mucho gusto me dio traer por primera vez a Beth Carvalho cuando cantamos Volta pro morro, y hoy también es mucho el gusto de tener su canción en las orejas. Quise mostrar esta pequeña cita (Que se encuentra en su sitio oficial) porque es muy precisa al contar todas las cosas que de manera muy deliciosa transmite Beth. Las emociones, la tristeza, la depresión, la angustia tienen que ser transmitidas a la hora de Cantar, y eso lo sabe hacer muy bien, al punto de su voz tiene ese aire de última palabra que no te permite protestar por la extraña saudade que te empieza a crecer dentro con sus canciones melancólicas, o las ganas de bailar cuando quiere cantar música de fiesta.

Hoy Beth me canta la suprema melodía de la resignación. Y digo que me canta porque tiene mucha empatía con lo que sienten aquellas personas que le cantan al forastero cuando éste hace oidos sordos a las almibaradas lisonjas y las seductoras carnadas que ponen en su anzuelo. Es del tipo de canciones que hace sonreir a los forasteros, porque -finalmente- sentimos que conocieron y comprendieron nuestra decisión de largarnos, aunque generara algo (o mucho) de dolor y de reproche. Es la suprema canción de la resignación:

La melodía es tremendamente dulce, y el primer verso es para erizar la piel (Yo quería hacerte feliz) por ese acento a jovialidad aguada y ánimo arrastrando los pies, por todos los cientos de miles de palabras, cartas, lágrimas, regalos, canciones y reproches que resume, representa y ahorra. Es el comienzo de la resignación, como cuando un deportista acepta que ha perdido y saluda a su rival para reconocer que lo ha aceptado. En este caso, es reconocer que existen esos defectos del forastero (pero me sorprendi con los defectos tuyos) y aceptar que son irreconciliables con las propias metas y todo lo que se soñó cuando quería te fazer feliz.

Pero ahí no acaba la resignación, porque hay una segunda etapa: Tiene que resignarse a aceptar que tú, forastero, estas con la vida que le pediste a Dios, lo cual significa que no tendrá siquiera esa pequeña compensación de saber que vas a arrepentirte de tu forastera desición para regodearse un poco en el placer de ver la tortilla volteada. La segunda resignación tiene la macabra función de estrellar en su cara todo el pastelazo de las cosas que nunca fueron, de todo lo que se soñó cuando se quiso te fazer feliz porque el forastero nunca va a lamentar la ausencia de todos esos motivos.

La canción continua, e incluye una tercera resignación (igual que el cuento de Gabo), y no porque canta que nadie te valora, nadie tiene piedad de ti, sino porque reconoce que no quiere el amor de una persona solitaria, y es resignación porque implica aceptar que no puede hacer gran cosa para modificar os defeitos teus, que la falla está fuera del alcance de intervenirla, que hay que resignarse a que no puede hacerse nada, a pesar de tener tanto qué y tantas ganas de.

La canción avanza sin descarrilarse por el sendero del desconsuelo y llega a una cuarta resignación al reconocer que ni siquiera queda un pequeño rencor que ayude a soportar el dolor de tanta pérdida, porque deja las puertas abiertas en la espera de que el forastero le interese la regeneración de todo lo que hubo para decirle que con mi protección puedes contar. Un poco de maldad, de venganza, maldiciones o rencor serían buenas para ayudar a cargar tanto desconsuelo, pero aunque salgan mil maldiciones de su boca, se sabe que son solo de dientes para afuera, y esa resignación pesa tanto!

La canción se acerca al final sin enderezar su rumbo y conduce a la resignación de aceptar, nuevamente, que ha perdido y que voy a darte un adios sin ser mi ideal. y que para evitar estar en esa situacion prefiere declinar la pretención, la última y suprema resignación, la que cierra el capítulo y pone punto final.

Podría pensarse que de algo tiene que valer haberse expuesto tanto y haber abierto el corazón de esa manera, que tanto esfuerzo no puede ser perdido, que alguna fibra tuvo que haber movido. La respuesta no la tiene el forastero, él hace mucho tiempo que se fue. Además, ¿qué puede hacer el forastero, si está com a vida que pidio a Deus?
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Com a vida que pediste a Deus
(Ismael Silva)


Eu queria te fazer feliz...
Mas me surprendi
Com os defeitos teus
Se é conforme todo o mundo diz
Estas com a vida
Que pediste a Deus...

Ninguém te da valor
Ninguém de ti tem dó...
Não queres o amor
De uma pessoa só
Se a regeneração
Vier te interessar
Com minha proteção
Podes contar

Entre os defeitos teus
Este é o principal
Vou dar-te um adeus
Sem ser meu ideal
Pra não me colocar
Em ma situação
Prefiro declinar
Da pretensão


martes, 21 de agosto de 2007

In den Tayrona


vielen Dank,
meine Freunde von Heidelberg
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Esta foto de postal muestra la ciudad de Heidelberg en Alemania sobre el Rio Rhin, una ciudad que de oídas conocía como muy bonita y en donde han estudiado algunos forasteros compañeros de mi universidad. Precisamente este hecho facilitó la conversación con Thomas y Sara, un par de forasteros de Heidelberg que se hicieron a nuestro lado mientras pasaba una de las habituales y fuertes lluvias que adorna el Parque Tayrona por estos días y no nos dejaba volver al campamento.

Y es que este fin de semana quise que el forastero aprendiz conociera uno de los lugares más bonitos y visitados de por aquí y fuimos al Parque Tayrona para que viera y viviera (aparte de las playas, los senderos, la selva y las piedrotas) ese delicioso sabor de la poliglotía (al menos 11 idiomas se hablaban allí esos días) y de sentir que las fronteras no existen y el mundo te puede quedar estrecho. Quería que viera cómo esos viajeros se acompañan de manera circunstancial un tramo de los recorridos, creando lazos sólidos con facilidad, y desbaratándolos también con asombrosa facilidad. Quería que escuchara que viajar es fácil, posible, y que el mundo no se termina en las propias narices sino que existe un incontable surtidor de historias, experiencias, lugares, itinerarios y motivos para recorrer el mundo, que siempre habrá piedras en el zapato para entorpecer la marcha, y siempre habrá quien quiera ayudar al forastero que se anime a darse a la travesía.

Demasiado pretencioso, quizá. Todas esas cosas no se encuentran en anaqueles catalogados para su fácil ubicación, así que nos concentramos en disfrutar la marcha (lodo, hormigas y aguacero incluido). El asunto se complicó cuando comprobamos que nos habían hurtado una buena parte de las provisiones, además del dinero para pagar una noche más de alojamiento. Por fortuna el dinero para regresar estaba completo, pero sin saber siquiera a quien quejarse o de quien sospechar, parecía como si el aguacero hubiera empapado el ánimo, dejándolo inutilizable y sin más opción que maldecir la propia suerte yabandonarse a lo que el azar quisiera

Me acordé de los días de la Ley de Murphy en la piel, me acordé de mis amigos forasteros eslovenos lejos de su país, sin hablar el idioma, sin a quien acudir cuando les robaron el dinero y eso me consoló pues mi situación no era tan grave. A lo sumo nos tocaba caminar los 6 km que hay de Cañaveral a El Zaino. Ninguna tragedia, por decirlo así.

Pero en todo caso el ánimo estaba bastante mojado, y más con ese aguacero que no nos dejaba regresar al campamento para irnos de una vez. En eso se aparecen nuestros forasteros de Heidelberg lamentando que la lluvia no nos permitiera nadar hasta la barrera de coral y comenzó una de esas conversaciones que puede durar años, tocando todos los temas, las épocas y las personas. En pocos minutos el incipiente lazo se había fortalecido tanto que, por su propia iniciativa, decidieron pagar nuestra noche de alojamiento y compartir algunas de sus provisiones. Claro que no fue gratuitamente, pues tengo un plazo de 18 meses para ir a su casa de Heidelberg a pagarles 10 Euros e invitarles a un café Liofilizado que pienso llevarles. Todo parece indicar que podré pagar la deuda con varios meses de margen, y eso es mejor noticia aún.

En el viaje de regreso de nuevo la separación. Se puede ser muy buen amigo de alguien que acabas de conocer, y puedes alejarte sonriendo de alguien que consideras muy buen amigo aunque sepas que puedes no volverlo a ver. Esto es algo muy escencial entre nosotros los forasteros, y es lo que nos permite hacer acciones como la de nuestreos Heidelbergischen amigos. No seré yo quien los recompense, ni será a ellos a quienes yo pague este favor. Esto es como una secuencia de fichas de dominó, buenas acciones que se repiten y se repiten hasta que regresan y se comienza de nuevo.

Muchas gracias de nuevo para ellos. El ocurro del mes me deja más sonrisas de las que hubiera pensado


sábado, 18 de agosto de 2007

Ñaupa Ñaupa


Yo soy un gorrión viajero
el mundo entero fue mi ambición
Baldosa Floja
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Qué bueno volver a traer al Chaqueño Palavecino, que como nadie puede volver una letra un tanto lúgubre en un motivo para cantar a los gritos son sonrisa desbordante. La suya no es la única versión de la Ñaupa Ñaupa, pero sin dudas es la mejor.

La metáfora de compararse con un pájaro (que ya habíamos visto en Baldosa Floja) no siempre viene asociada a la idea del desapego y las grandes e inevitables trayectorias migratorias. En la canción de hoy, el cantor se compara con el Chilalo (un pajarito común en aquella región de Argentina) por su habilidad para construir nidos y llamar la atención de la hembra. Tapashu (por la partícula aumentativa) puede traducirse como "muy guardado", refiriéndose a su nido de tierra dura, por eso invita a que caven para encontrar las botijas Quichqui (llenas, rebosantes) en dulzuras.

El forastero también suele pensar y decir que tiene botijas quichqui en dulzuras, pero que para encontrarlas hay que cavar en la tierra dura. Incómoda manera de ser franco, pues llena de prevenciones a quienes quieran acercarse, aunque siempre habrá (por fortuna) quien agradezca esa franqueza que permite no desperdiciar el esfuerzo de quien no quiere "cavar en tierra dura".

En la segunda parte, el forastero parece estar del otro lado de la moneda, pues, aunque sabe que para sacarle sus mieles al arbol lo golpean, parece que no ha logrado encontrar las mieles que tanto busca, aunque está dispuesto a morir mellando tu tallo. ¿Será que está buscando en el árbol equivocado? ¿Es una nueva manera de decir que está buscando peras en el olmo? Quizá solo sea que esa otra persona sea tan forastera que, a su vez, hay que cavar mucho en tierra dura para encontrar sus mieles, sus botijas Quichquis en dulzuras, y que él sí está dispuesto a busca

Sin embargo, más adelante dice adios sin problema, con aire fiestero (total, caminos le sobran) aunque nunca se aleje tanto que no puedan encontrarlo ahí, junto a la sombra, con sus botijas quichquis en dulzuras.

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Chacarera Ñaupa Ñaupa

Soy corazón de chilalo
Tapashu en la tierra dura
Cavame y vas a encontrarme
Botijas quichqui en dulzuras.

De balde ando la yanga
De lejos te estoy diciendo,
Esperame en el camino
Sabrás lo que ando queriendo.

Me han de quemar los engaños
Y han de chamuscar mi vida
Pero yo reviento en coplas
Como flor de maíz pishinga.

Chacarera ñaupa ñaupa
Vieja como los dolores
Pero yo te siento nueva
Nueva como mis amores.

Para sacarle sus mieles
Al árbol lo golpian tanto
A mí me golpian las penas
Será por eso que canto.

A dónde escondes tus mieles
Mieles que busco y que no hallo
Quiero ser dueño del hacha
Morir mellando en tu tallo.

Ya me voy con mi guitarra
Total, caminos me sobran
Cuando quieras encontrarme
Buscame junto a tu sombra.


Chacarera ñaupa ñaupa
Vieja como los dolores
Pero yo te siento nueva
Nueva como mis amores

martes, 14 de agosto de 2007

Solventes no acuosos


Cualquier idea simple se puede expresar de la manera más compleja que exista.Ley de Malek
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Muchos de los temas vistos en la universidad te permiten darte cuenta de que el tiempo y el esfuerzo invertido en el bachillerato a estudiar química fueron perdidos, malversados, malgastados, ineficaz y absurdamente invertidos. Gran parte de lo que aprendiste en el colegio (y que te permitia presumir en esos años) debe olvidarse. Punto. La verdad es mucho menos simple, y totalmente diferente.

Uno de los temas que echaba al traste el esfuerzo del colegio fue el de sistemas ácido-base en los solventes no acuosos. Entenderlo implicaba desaprender una cosa (que los ácidos se comportan como ácidos y las bases como bases) para aprender otra que aparentemente no tenía sentido (que los ácidos pueden comportarse como bases y las bases como ácidos) o tenían muy poco (que los ácidos fuertes pueden comportarse como débiles). Por fortuna eran más las ganas de entender estos enredos que el desconsuelo por el tiempo perdido y bien pronto se reemplazaba el obsoleto motivo para presumir por uno último modelo.

Fue como si siempre hubiéramos visto una escalera, los escalones de arriba siempre encima de los demás, y de repente nos dicen que existen escalones más arriba aún, lo cual significa que lo que siempre vimos "encima de todo", en determinadas situaciones estaba "debajo de algo". Ahora supongamos que a nosotros nos gustaba lo que estaba "encima", precisamente por eso, por estar encima. La nueva perspectiva enredaba un poco las cosas y dejaba un nudo en el cerebro y dolor de muelas al ánimo.  ¿Ya no son válidos nuestros motivos de orgullo? Ahora hay otros que los trivializan  ¿Ya no tiene sentido admirarse por determinadas cosas?  Ahora hay otras aún más grandes.

Durante todos estos meses he publicado en el blog diversas cosas, usado algunas analogías, transcrito algunas canciones que muestran el contraste entre el Ser Forastero y el Ser No-Forastero (Algunos comentarios han ayudado a marcar ese contraste) y me parecía fácil de entender: Yo soy el forastero, y soy muy forastero.  Pero el asunto se desordena con la presencia de los solventes no acuosos, que hacen que un forastero pueda comportarse como un No-Forastero, y sea capaz de borrar con el codo lo que ha escrito con la mano. 

Estos solventes no acuosos vienen a veces, desordenan el mundo y luego se largan. Su permanencia condimentan la vida que se estaba volviendo predecible y simplona, sus pastelazos vienen igual con nueces que con piedras (y eso lo hace bastante interesante), su despedida no hace más que fortalecer el lazo. Su periódica pero esporádica aparición siempre será bienvenida y agradecida, aunque vengan a dejarme desconsuelo en la sonrisa y dolor de muelas en el ánimo. 

Un saludo para mis queridos solventes no acuosos: los que han sido, para mi desconsuelo, más forasteros que yo.  Siempre será muy grato volverlos a ver: Mon frère, Akira, Fabián, Débora, Musitaps, Fabzgy, y algunos más.

lunes, 13 de agosto de 2007

Forasteroquímica

Busquen al forastero. Está en algún lugar de esta foto


Recientemente pude volverme a hablar con amigos de la facultad y recordar algunas cosas de las que se vivieron, se aprendieron, se detestaron o se olvidaron. Muchas cosas cambiaron, otras siguen igual (igual de mal o igual de bien, según el caso).

Supongo que en las demás profesiones también pasa lo que en la mía: cuando te encuentras con un excompañero, en el momento de preguntar por su vida, su trabajo, familia y compañeros se introducen términos propios de la carrera. Súbitamente se olvidan los apellidos de los amigos:

- ¿Qué sabes de Adriana?
- ¿Adriana la de Catálisis heterogénea o la de termodinámica no lineal?

O se olvida que los laboratorios tienen un número para su fácil ubicación

- Mi laboratorio quedaba Frente a Enzimas, al lado del de bioquímica y el de frutas tropicales, como quien va para carbones o catálisis, pero entrando en la puerta del segundo piso.

Y otros ejemplos adicionales. Entonces el tiempo deja de medirse en años, y para ubicar un evento en el pasado es más fácil hablar de una materia, de un profesor. Para hablar hasta cuando te quedaste en un evento, dices "hasta fin de cloruros", Para hablar de una sensación de desasosiego, se habla del laboratorio de síntesis, para mencionar una euforia que no cabía en el cuerpo, se habla de los espectros que mostraron las bandas precisas, para hablar de las ganas de mandar todo al cuerno, se habla de la vez que se contaminó el medio de cultivo, para hablar de las ganas de ahorcarse de la pereza que daba algo, se hablaba de la polarografía o de las titulaciones hasta fin de turbidez, algo así.

Entonces se me ocurre que quizá pueda también usar la química para explicar en algo lo que he querido explicar al hacer este blog. Ya me he apoyado en diversas canciones, pero nunca será suficiente.

Y no se tratará de llenar esto de términos rimbombantes e inconprensibles a los ajenos a la profesión, sino todo lo contrario. Se trata de servirme de mi carrera para explicar esto de ser un forastero, algo que muchos aún no entienden



viernes, 10 de agosto de 2007

¿A qué volver? - Los Chalchaleros

(a mi casa) La ví quedarse vacía, la ví poblarse de recuerdos, solo pa´no abandonarme le hace pata ancha a los vientos
Como yo lo Siento
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Ya una vez había dicho que ser un forastero es como ser una moneda de tres caras, que gira al antojo del azar. Pero más que azar, hoy quisiera recordar aquella vieja entrada por el contraste que hay entre las tres caras de la moneda.

En la anterior entrada vimos que, a veces, el forastero piensa que regresar es la mejor noticia que puede recibir y eso lo hace cantar a los gritos y con la sonrisota puesta que hoy voy a verte de nuevo. Hace unos meses mostré la que podría ser la segunda cara de esta moneda: La canción Volta pro morro en la cual se tienta al forastero a regresar. Es cantada desde la perspectiva de quien espera y no puede saberse si el foraster finalmente regresa o no, pero podemos saber las buenas noticias que el regreso traerá, la alegría que se desbordará e impregnará todo lo que toque.

La canción de hoy es la tercera cara de esta moneda, pues hace contraste con los buenos augurios y la alegría que supone el regreso y de los que hablan las otras dos canciones. Esta es la canción que el forastero canta cuando se le tienta a regresar, pero un rápido vistazo a las cosas que hay le muestran que los motivos no son suficientes, que no hay a qué volver, que la casa (la maravillosa, en la que tanto se vivió, se rió y se fue feliz) ya es otra casa, que la magia ya se ha perdido, que ni siquiera el árbol sigue siendo aquél. Y entonces pregunta (no a quien lo tienta, sino a sí mismo): ¿A qué volver?

(Aqui pueden ver otra canciónde Los Chalchaleros en este blog)


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¿A QUE VOLVER?

La casa ya es otra casa, el árbol ya no es aquel.
Han volteao hasta el recuerdo,
entonces, ¿a qué volver?

Mi perro allá arriba inmóvil viendo la tarde crecer.
Y este vacío de ahora,
entonces, ¿a qué volver?

Volver, ¿para qué?
¿Para sentir otra vez que se desboca tu ausencia,
dormida en mis venas, borrada en mi piel?
¿Para que duela tu ausencia?
entonces, ¿a qué volver?

Mi puente, mi viejo puente. ¿qué río verás correr?
Si lo han llenado de guijarros,
entonces, ¿a qué volver?

La magia ya se ha perdido, ¿quién la pudiera encender?
Ni la tierra ya es de tierra,
entonces, ¿a qué volver?



miércoles, 8 de agosto de 2007

Hoy - Gloria Estefan


Ya me voy con mi guitarra
Total, caminos me sobran
Cuando quieras encontrarme
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De pronto pueda pensarse que la banda sonora del forastero está llena de canciones lúgubres, odiosas, que exaltan la soledad y el aislamiento como la mejor decisión que puede tomarse, que reniega de la posible compañía y apoyo que pueda brindarse. Y de pronto puede pensarse eso precisamente porque así son casi todas las que he traído: Canciones que invitan a arrastrar los pies o a celebrar que se está solo

Pero no siempre es eso lo que se quiere cantar. El forastereo tiene muchas caras, una de las más deliciosas es precisamente la de Regresar (si se hace celebrando), y es deliciosa precisamente porque es escasa, es una joya entre el fango, la aguja de oro en el pajar de las malas noticias.

La canción de esta semana es una exaltación a todo lo bueno que tiene el regresar. Sitúa a la protagonista en la espléndida situación de contar a los gritos la buena noticia que no le cabe en el cuerpo: "Hoy voy a verte de nuevo" grita, y parece que eso fuera suficiente para contrarrestar las malas noticias que la separación trajo.

Del video también hay muchas cosas para resaltar, además de haberse grabado en Machu Picchu. En mi caso, la mejor parte está a los dos minutos, cuando Ella está sentada en la parte trasera de la camioneta y sigue cantando con esa cara de buena noticia que hoy voy a verte de nuevo, a pesar de lo evidentemente incómoda que va allí.

Y es que tiene que ser una excelente noticia esa de verte de nuevo si permanezco con esa sonrisa a pesar del transporte incómodo, la silla dura (quizá con algunos bordes filosos), la carretera destapada, el polvo, el calor, el sol, la incomodidad que pueden causar los demás pasajeros, las marcas en el pecho de los días que el tiempo no me dejó estar aquí... Todo eso son fruslerías porque hoy voy a verte de nuevo, y eso es suficiente para conservar la sonrisa y la gratitud por tan buena fortuna.

Cuando regresar es una buena noticia, no importan los obstáculos que haya que pasar. Siempre quedarán ganas de sonreir y de hacer una fiesta pa que este amor crezca más.
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HOY

Tengo marcado en el pecho
todos los días que el tiempo
no me dejó estar aquí.
Tengo una fe que madura
que va conmigo y me cura
desde que te conocí.

Tengo una huella perdida
entre tu sombra y la mía
que no me deja mentir.
Soy una moneda en la fuente,
tú mi deseo pendiente,
mis ganas de revivir.

Tengo una mañana constante
y una acuarela esperando
verte pintado de azul.
Tengo tu amor y tu suerte,
y un caminito empinado.
Tengo el mar del otro lado,
tú eres mi norte y mi sur.

Hoy voy a verte de nuevo, voy a envolverme en tu ropa.
Susúrrame en tu silencio cuando me veas llegar.
Hoy voy a verte de nuevo, voy a alegrar tu tristeza.
Vamos a hacer una fiesta pa’ que este amor crezca más.

Tengo una frase colgada
entre mi boca y mi almohada
que me desnuda ante ti.
Tengo una playa y un pueblo
que me acompañan de noche
cuando no estás junto a mi.






lunes, 6 de agosto de 2007

Banda Sonora Actualizada


Oh Pandeiro, Oh viola,
Cantarolando é que a nossa tristeza
vai embora
(Oh Pandereta, Oh Violín
Cantando es que nuestra tristeza
se irá)
Pandeiro e Viola, Beth Carvalho
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Finalmente GoEar.com se arregló y ahora puedo volver a tener disponibles a los lectores los temas de la Banda sonora del Forastero, tal y como lo había dicho aqui.

La versión de Vamos mujer (Santa María de Iquique) es diferente a la que yo escuché primero y que considero mejor, pero igual es muy buena. Espero que las puedan escuchar, y también espero sus comentarios.

sábado, 4 de agosto de 2007

Forastero Aprendiz

quisiera un momento olvidar el dolor
que pasen las penas y sentirme feliz
al lado de mi hermano
con quien he batallado
para poder vivir
"Mi hermano y yo" - Los hermanos Zuleta
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El ocurro de la semana es uno de esos que pone la sonrisa a trabajar y manda mis malas noticias a que se despedacen como mejor les plazca y dejen de meterse en lo que no les importa, es la noticia precisa para andar todo el día con la cosquillita de hacer muchas cosas y hacer que los demás sonrían.

Cuando se es un forastero se toman decisiones que a otros parecen absurdas, a veces se hace mucho daño sin que esa sea la intención y el desapego puede causar mucho dolor, a veces esto de no encajar puede desconsolar lo suficiente como para que a la sonrisa le dé dolor de espalda. Sin embargo, el forastero suele pensar que son males menores, porque al final las decisiones son las correctas y lo que viene como ganancia compensa mucho más desconsuelo del que nos toca tragar. Pero esta postura deja de ser absoluta y convincente en casos como el ocurro de este mes.

Mi hermano Daniel se escabulló de su grupo de excursión y no hizo el viaje de regreso. En lugar de eso vino a mi casa y decidió quedarse un mes lejos de sus amigos, su vida actual y ya comienza a experimentar esto de ser un forastero, aunque muchas variables estén controladas para que el cambio no sea intempestivo y del taponazo no le quede el morado ni el dolor. Me entran ganas de enseñarle muchas cosas y entonces me surge la pregunta: "¿Realmente quisiera enseñarle a ser un forastero?" o mejor, "de todo lo que significa ser un forastero, ¿Qué debo enseñarle y qué debo evitar?"

Me extrañó mucho sentir que no quería mostrarle todo, como si quisiera evitarle las malas noticias que trae consigo el ser forastero. Pero también quiero prepararlo para cuando dé el paso de cambiar de ciudad para ir a la universidad, porque habrá momentos en que sentirá que no encaja, en que el desapego será una ventaja enorme frente a quienes no lo tienen, que va a hartarse y debe saberlo manejar, que a veces largarse es la mejor decisión, que el mundo está lleno de keikes y debe aprender a no esperar de ellos más de lo que vienen a ofrecer, que caer es fácil y debe aprender la parte dificil, que no se puede medir el coraje y que muchas veces regresar es la mejor parte de forasterear.

Entonces ando de maestro forastero y tengo un aprendiz. Quisiera en este mes enseñarle un montón de cosas, pero no quiero que me pase como al que mucho abarca. Por lo pronto hacemos solo el precalentamiento con PIMSLEUR y otras enseñanzas menores.

El ocurro de la semana me tiene a los brincos dando medialunas, aprendiendo italiano, nadando más de la cuenta y más parlanchín que de costumbre. De paso aprovecho para rejuvenecerme, volver a ver muchas cosas (el mar, por ejemplo) con sus ojos de 16 años y aprender de las tantas cosas que mi hermano tiene para enseñarme. Será un mes espléndido y dolerá mucho cuando se acabe. Solo entonces sabremos si vale la pena aprender del desapego. De dos males, escoger el menor, ¿pero cual es?